Rodari, maestro y periodista y, sobre todo, escritor de libros infantiles, revolucionó la creación artística al abrirla al mundo de lo trivial e invitar a crear nuevos y singulares significados, para ello empleó tres estrategías: el binomio fantástico -que consiste en el encuentro de palabras que en el uso cotidiano no suelen relacionarse, pero cuyo encuentro sirve de punto de partida a singulares historias-; las hipotésis fantásticas y los juegos de palabras que nos dejó escritas en su Gramática de la fantasía (documento en Scribd).
Tal conceptualización del mundo de la fantasía sigue vigente a día de hoy en los círculos pedagógicos, donde su aportación ha sido llevada a la práctica por aquellos que creen en la actividad creadora, "no para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo" (El maestro de la fantasía de Mª José Ferrada, 2008).
Tal conceptualización del mundo de la fantasía sigue vigente a día de hoy en los círculos pedagógicos, donde su aportación ha sido llevada a la práctica por aquellos que creen en la actividad creadora, "no para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo" (El maestro de la fantasía de Mª José Ferrada, 2008).
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