Hace unos días nos dejó otra escritora de la llamada generación de los niños de la guerra - Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite, Ana María Matute y Rafael Azcona-. Josefina Aldecoa perteneciente a una familia de maestros y casada con Ignacio Aldecoa (del que tomó su apellido), durante toda su vida compatibilizó la enseñanza con la escritura, pero realmente la educación fue su auténtica pasión que materializó en la fundación del Colegio Estudio, heredero de los ideales de la Institución Libre de Enseñanza.
Entre su producción literaria, que rezuma grandes dosis de autobiografía y refleja muy bien la sensiblidad femenina, hay un par de cuentos infantiles: "Pinko y su perro", breve texto destinado a primeros lectores donde cuenta los veranos inolvidables de un niño en el pueblo junto a sus abuelos, y "Cuento para Susana", cuento que dedica a su hija donde narra su infancia en las montañas de su natal León". También escribió "Confesiones de una abuela", libro en el que abordaba la relación y experiencias vividas con su nieto. Pero me gustaría destacar y recomendar "Los niños de la guerra", donde Josefina realizó una crónica de su generación, ilustrada por biografías y comentarios literarios sobre diez narradores surgidos en los años 50. Son las historias de una infancia en guerra y una adolescencia y juventud en posguerra, un testimonio para no olvidar y dar a conocer a las generaciones posteriores hechos que no deberían volverse a repetir.
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