Me gustaría citar algunas de las reflexiones en torno a lo que la literatura ha sido, es y seguirá siendo para Vargas Llosa, en la entrevista que ayer publicó El País.
"Me recompensan por lo que me gusta hacer". "He tenido la suerte de poder dedicarme a leer y escribir". "Mi escritura es mi vida, es lo que soy. Soy la literatura que he hecho. Toda, y el periodismo también." "La literatura es mi manera de vivir, como decía Flaubert. No tendré otra, con sus sumas y sus restas, esa es la felicidad de mi vida. La literatura me ha dado lo mejor que tengo; los amigos, las experiencias. La entraña de mi vocación no es otra que la literatura, y de ella sale todo lo que soy y todo lo que tengo. Es lo mejor que me ha pasado".
Siendo un abuelo de 74 años, Vargas Llosa se ha estrenado como autor de literatura infantil con Fonchito y la luna -texto del que ya se ha hecho referencia en el blog- . Cuento escrito con un lenguaje estándar, sin ningún afán didáctico ni moralejas, nos muestra que uno puede vivir la emoción del primer amor y seguir las aventuras de su protagonista que demuestra cómo es que uno puede hacer de todo por un ser querido, incluso si su pedido es nada menos que la Luna.
Vargas Llosa inicia así esta historia: “Fonchito se moría de ganas por besar las mejillas de Nereida, la niña más bonita de su clase. Nereida tenía unos ojos grandes y muy vivos, una naricilla respingada, unos cabellos negrísimos y una tez blanca como la nieve (...)”.
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